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Como hemos indicado anteriormente, Sri Lanka es también un paraíso para los aficionados del “birdwatching” o avistamiento de aves. En la isla habitan más de 200 especies llamadas “residentes”, es decir no migratorias. Muchas de estas especies se pueden avistar también en India, pero varias de ellas han desarrollado en Sri Lanka razas distintas y poseen plumajes diferentes a las que habitan la tierra firme india. Esto resulta muy interesante para los apasionados de las aves, sin embargo, de estas especies residentes las más importantes son las llamadas “endémicas”: aves exclusivas y propias de Sri Lanka.

Con más de 400 especies distintas registradas en la isla, el avistamiento de aves o “birdwatching” es una actividad sumamente gratificante en Sri Lanka. No en vano el territorio cingalés está incluido entre las 25 zonas más importantes del mundo en cuanto a biodiversidad se refiere. Sean especies residentes o migratorias que vienen a resguardarse del invierno, los cielos, las aguas y los árboles de Sri Lanka se embellecen con cantos y plumajes durante todo el año.

El monasterio de Adisham es uno de tan solo 18 monasterios a nivel mundial que pertenecen a la congregación Silvestrina, la cual forma parte de la confederación Benedictina. La elegante estructura en piedra se encuentra a unos 3 kms de Haputale y originalmente perteneció a un cultivador de té inglés quien recreó el estilo de vida británico en esta colina de Sri Lanka.  El dueño de la villa adornó los alrededores de jardines y césped que contrastan con el contexto tropical circundante. Se dice que el elegante hombre se transportaba en el clásico automóvil inglés Daimler conducido únicamente por chóferes británicos.   

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