Lejos de los típicos destinos turísticos, todavía existen hoy en el planeta lugares casi inexplorados, vírgenes con un encanto tan especial como indescriptible. Territorios que ocultan excepcionales riquezas naturales y cuyos habitantes han encontrado la manera de vivir y convivir con la naturaleza, bajo las leyes del respeto y el cuidado del ambiente natural.  Y esto es lo que sucede exactamente en la pequeña isla de Sri Lanka.