Casco, chaleco y remo: Rafting en Sri Lanka. Toda una aventura!
Es difícil concebir que sólo pocas horas atrás estabas en un aeropuerto lidiando con maletas y pasaportes. Ahora te encuentras en el paraíso de Sri Lanka, en el medio de la selva, equipado con tu chaleco, tu casco y tu remo, listo para emprender el descenso por el río Blanco junto a tus compañeros de balsa.
Al inicio todo está tranquilo. Comienzas el recorrido observando el paraje y la naturaleza, con todos esos detalles que sólo se pueden percibir cuando se navega en un río sobre una balsa sin motor. Aprecias los colores de la vegetación y la intensidad del verde de los árboles. Escuchas el agua deslizándose bajo la balsa y goteando desde los remos que mueves al unísono con tus compañeros de equipo. Se oyen unos ruidos extraños: ¿son pájaros?, ¿o quizás monos? Ya te has olvidado de la ciudad con sus avenidas, buses, la gente que cruza las calles de prisa… ¡ahora estás en la selva!
De pronto recuerdas la banda sonora de la peli “El puente sobre el río Kwai” y te vienen ganas de silbar la marcha de los soldados. Perdido en tus pensamientos no te has percatado que el agua se ha vuelto más turbulenta y golpea las piedras en remolinos de espuma blanca. El guía del grupo grita a todo pulmón “¡remad, remad!” Se acerca el primer rápido, no hay tiempo para pensar mientras la bajada inminente atrae a la balsa como con un imán… ¡sigue remando y abandónate a la aventura: el viaje en Sri Lanka recién comienza!