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GALLE

GALLE

El fuerte de Galle del siglo XVII es uno de los lugares más destacados de Sri Lanka. Fue construido por los portugueses en 1588 y luego fortificado por los holandeses a partir de 1649. Estos últimos también fueron los encargados de ampliar las fortificaciones y la cuadrícula en el sistema de calles establecido, aunque también se llevaron a cabo nuevas extensiones durante el período británico. El fuerte ha sido bellamente conservado, por ello y por su importancia, actualmente es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El Fuerte Holandés del siglo XVII en Galle, cerca del punto más meridional de la isla, cuenta con la particularidad de ser el fuerte marítimo mejor conservado del sur de Asia. Los imponentes bastiones de piedra que rodean el promontorio frente al mar, nos lleva a retroceder en el tiempo. En el interior del Fuerte encontrará el encanto del viejo mundo. Las estrechas calles están salpicadas de villas coloniales holandesas y hay una agradable ausencia de tráfico vehicular. Hay varios museos y tiendas de antigüedades que muestran curiosidades de la época colonial de la isla. El maravilloso faro, y su conservación, es de visita obligada.

De los muchos edificios coloniales, quizás el más llamativo es la iglesia holandesa reformada, que contiene monumentos ornamentalmente tallados en memoria de los colonos holandeses de la ciudad. El Fuerte también alberga algunos de los alojamientos de estilo boutique más exclusivos de la isla en antiguas villas restauradas para su gloria colonial.

El Faro, es otra de las atracciones de Galle. Se encuentra dentro de la ciudad amurallada y se remonta a 1848. El que vemos en la actualidad fue reconstruido, ya que el faro original fue destruido por un incendio en 1934.

Gracias al turismo sostenible que promueve el centro dedicado al cuidado y conservación de las tortugas, en Galle es posible ver desovar a uno de los animales más amenazados.

Tras las murallas, catolicismo, budismo, hinduismo e islam conviven en un recíproco ambiente de naturalidad y armonía. La gente es la esencia del país.

Pasear por las enormes murallas al atardecer y luego recorrer las encantadoras y estrechas calles bordeadas de casas antiguas e iglesias históricas es un paseo increíble. Vivir la tranquilidad del ambiente de una era pasada, las galerías de arte, los restaurantes, cafeterías, los hoteles boutique y las exclusivas tiendas, se conjugan con los niños volando cometas, sus habitantes practicando softball, cricket, y las parejas enamoradas, lo que conlleva a realzar aún más, si cabe, la magia del Fuerte de Galle.

En las cercanías de la ciudad de Galle al sur de Sri Lanka encontramos el pueblo pesquero de Weligama. En este idílico entorno costero se pueden todavía encontrar a los pescadores sobre zancos que desde hace décadas llevan a cabo esta peculiar actividad económica. Se dice que la práctica comenzó después de la segunda guerra mundial, cuando los locales competían por espacio para pescar desde las rocas en la costa y comenzaron a ganar territorio sobre el agua. Las estacas de más de tres metros de alto son enterradas a una profundidad de medio metro en el lecho marino.

¡No te pierdas a los lugareños saltando de las murallas al agua. Te dejará boquiabierto!

Es uno de los 8 sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Puedes ampliar la información en este artículo que hemos publicado en nuestro blog.

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